¿Concurso? Sí, claro.

Tenemos concurso de traslado. Ese que se debe hacer no sé cuantas veces al año por ley. Tarde pero llega.
La primera pregunta es si quiero concursar. No, no quiero.
La segunda, que puede ser primera y única, es si me interesa. Sí, me interesa.

Me interesa por mí y por mi familia. Perdón, me interesa por mi familia y por mi vida privada. No por mí. ¡Nunca he rellenado una solicitud con tanta sensación de fracaso!

Fracaso porque yo no quiero trasladarme. Quiero hacer mi trabajo en condiciones dignas.
Quiero volver a ser médico forense y no la chacha del juzgado de turno.

Si alguna duda tenía, el jueves 19 de abril se me disiparon. Tuvimos reunión con jueces, secretarios, forenses y el subdirector del IMLC.
El subdirector del IMLC asistió de "convidado de piedra". Nada que decir, hasta ahora. Creo que pudo constatar cuales son las exigencias del partido judicial y él sabrá cómo encauzarlas desde el IMLC. Perdón, quiero decir, las exigencias que le hicieron los jueces.

Las exigencias de los jueces y secretarios eran unas exigencias más parecidas a una Justicia de "Seven Eleven" o de "Open Cort" que a la de una gestión racional de recursos.
Me explico: Si tenemos un forense de guardia y está haciendo autopsias, necesitamos otro para los lesionados del octavo día, pero necesitaremos otro por si hay un levantamiento y otro más para los detenidos. Si, además, el juzgado que está de guardia ha citado lesionados, otros dos forenses deberían visitar. Más el forense de violencia doméstica.
¡Bien!

Esto era con los magistrados de instrucción... faltan 7 de primera instancia que no estaban... Ni los del penal ni los del social...

¡Para nota!